Por Tamara Agnic[1]. Creo no equivocarme al afirmar que una política nacional contra el crimen organizado sólo puede ser “nacional” si ésta abarca todas las aristas y a todos los actores que tienen algún rol que cumplir en una efectiva identificación, detección, control, combate, persecución y sanción de toda actividad delictual y organización involucrada en esta nefasta ocupación. Si hay […]